Yo nací en zona minera, en Asturias, por allá por lo 80, puede decirse que soy una “hija de la mina”
Aunque
me declaro feminista, tengo que reconocer que a pesar de haber “mamado” la
cultura minera no sabía que existió y que tuvo una gran importancia para la
actividad minera la figura de “Las carboneras” .Por ello, he decidido dedicar
este post no a una, si no a una generación de mujeres luchadoras y olvidadas
Las
carboneras desempeñaron su labor tanto dentro como fuera de la explotación
minera. En los primeros años de arranque del sector fue más común su presencia en el interior,
desarrollando tareas consideradas auxiliares, como la carga o transporte del
mineral. Sin embargo, tras la promulgación del Reglamento de Policía Minera en
1897 y la aplicación del Reglamento provisional de la Ley de 27 de diciembre de
1910 sobre la jornada máxima en las minas, queda prohibido el trabajo femenino en
todo tipo de labores subterráneas.
Así
pues, los oficios ejercidos por las mujeres quedaron limitados a las labores en
el exterior: aguadoras eran las encargadas de que nunca les faltara un cubo de
agua fresca y limpia a sus compañeros mineros a la salida del trabajo, vagoneras,
cuya misión consistía en cargar con la
ayuda de una gran pala los vagones que se dirigían con el carbón a los lavaderos o las pizarreras que
clasifican el carbón eran, entre otras, las profesiones que ejercían las
mujeres de la mina.
El
nivel de dureza de las carboneras estaba muy en consonancia con las diferentes
ubicaciones en sus puestos de trabajo. Los lugares más comunes fueron los
lavaderos donde las condiciones de salubridad eran muy deficientes debido a las
nubes de polvo que se acumulaban y que estas mujeres aspiraban exponiéndose a
enfermedades tan dañinas como la silicosis
Asimismo,
las mujeres también hacían otras labores auxiliares como telefonistas, labores
de limpieza, dependientas de los economatos y asistencia a altos directivos,
que en ocasiones eran tan variopintas como planchar y secar la ropa a los
vigilantes y capataces. Estas tareas se encomendaron sobre todo a las esposas
de algunos trabajadores que desempeñaban su profesión en la explotación minera.
Por otro lado el trabajo quedó establecido en tres turnos: mañana, tarde y noche, siendo este turno ocupado mayoritariamente por los hombres. Y la pensión de vejez se estableció en los 60 años.
Carboneras
en el Lavadero de La Encarná, Hueria de Carrocera, San Martín del Rey Aurelio,
Asturias. Años 50. © Archivo Histórico Minero
Así
por salarios ínfimos, la mitad que los salarios masculinos, las mujeres
ejercían su labor durante jornadas extenuantes bajo condiciones de humedad y
temperaturas cambiantes. Y por supuesto sin gozar del prestigio y
reconocimientos que tenían las profesiones masculinas.
Como
cabe imaginar, también se dedicaban a cuidar de sus hijos, mayores y maridos y
al resto de tareas domésticas. Y para todas ellas la historia no les dejó más
que un rincón en el olvido.
Estas mujeres lucharon por dar voz a toda su generación y a las que vinieron detrás consiguiendo en los años 80 que se equiparasen los sueldos y que las mujeres pudieran volver a las labores en interior, mucho mejor remuneradas.
Si queréis
adentraros un poco más en la historia de estas grandes mujeres, os invito a leer
el libro de Aitana Castaño “Carboneras”:
https://editorialpezdeplata.com/coleccion-narrativa-pez-de-plata/61-carboneras.html
WEBS CONSULTADAS
https://www.mieres.es/turismo/geografia-e-historia/articulos-y-monografias-historicas-sobre-mieres/mujeres-mineras/
https://www.archivohistoricominero.org/portfolio_page/carboneras-de-la-encarn-hueria-de-carrocera-san-martn-del-rey-aurelio-asturias-aos-50/